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Los recursos son finitos. La gestión no.

“¡Más madera!”, gritaba Groucho Marx a fin de alimentar la locomotora en la que se desplazaban. Pero la madera que quedaba disponible era la de los propios vagones; así que sus ayudantes Harpo y Chico empezaron a destrozar el tren para proveer de combustible al tren.

 

Esta escena, de la película clásica Los Hermanos Marx en el Oeste (ver en Youtube), representa uno de los males endémicos en muchas organizaciones y, con especial protagonismo, en la administración pública.

"Vamos desbordados, no damos para más, apenas podemos atender a la clientela, el burnout aumenta y si no llega alguien con un maletín cargado de inversiones esto va a ser insostenible…" Pero ese salvador mesiánico no llegará y, aunque llegase, jamás podrá satisfacer en su totalidad necesidades vinculadas a un mercado más demandante o a unas problemáticas social complejas.

Ese discurso cuenta con los elementos necesarios para extenderse rápidamente y generar cierta cohesión de grupo ante un mal o enemigo externo: "lo que sucede depende en su mayor parte de elementos y personas ajenas, no podemos controlar el rumbo de aquello que nos rodea, y la culpa de todo es de quienes están en contra de que contemos con recursos necesarios para poder gestionar esta situación". Esta es la receta del inmovilismo y de la conformidad. Y aunque seria una necedad no otorgar el peso que realmente juegan variables externas, queda solo para valientes luchar contra este discurso y tomar las riendas de aquello que podemos cambiar desde nuestras parcelas de poder. ¡Pero no estáis solos!

Tenemos profesionales con las habilidades, capacidades y competencias que se requieren para cambiar nuestro entorno más próximo. Lo que necesitamos es darle la vuelta al paradigma. Dejemos de focalizarnos en la meta; ya todos sabemos cual es y nos sirve de faro para orientarnos. Es el momento de concentrarse en cada uno de los pasos que damos hacia ella, y esos pasos sí dependen de ti.

No nos limitemos a pedir más madera; mejoremos la eficiencia de la locomotora.