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Transforma tu organización de un modelo asistencial a un modelo de cambio social.
La misión de nuestras organizaciones, así como el objetivo de las diferentes disciplinas profesionales implicadas, es promover un cambio social que tenga impacto en la vida de la población a la que atendemos.

En escenarios de complejidad y desigualdad social, la intervención social se vuelve una pieza clave para las personas, familias y comunidades que sufren de sus consecuencias. La misión de nuestras organizaciones, así como el objetivo de las diferentes disciplinas profesionales implicadas, es promover un cambio social que tenga impacto en la vida de la población a la que atendemos.

Hace décadas que dejamos atrás los conceptos vinculados a la asistencia social, apostando por unas metodologías de intervención orientadas hacia la capacitación y empoderamiento. Pero un cambio conceptual no es suficiente para obtener mejores resultados. Por ese motivo la formación de los profesionales del ámbito social ha reforzado los aspectos relativos a los modelos, técnicas y herramientas de intervención. Y a pesar de ello, no son pocos los profesionales que se siguen viendo atrapados en un modelo asistencialista: son muchos los problemas, las tareas nos sobrepasan y la sensación de trabajar poniendo simples parches acaba minando nuestra auto-percepción profesional.

 

¿Qué está fallando?

En este rompecabezas nos falta una pieza: la gestión. Es un componente que muchos profesionales del ámbito social consideran externo a su área, pero no podemos esperar que una silla cumpla su función si no cuenta con toda sus patas. ¿Cómo conseguiremos alcanzar un objetivo si nos despreocupamos de los resultados que estamos obteniendo con nuestras acciones?

Las empresas tienen un objetivo en común; generar beneficios económicos. Para ello se elaboran diferentes modelos de producción, gestión y coordinación de cada uno de sus departamentos que están demostrando, con datos objetivos, tanto su eficacia como su eficiencia. En una organización social, nuestro objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas a las que atendemos; podemos aprovechar todos esos conocimientos relativos a la gestión para alcanzar también la eficacia y la eficiencia en nuestros objetivos de impacto social.

 

¿Por dónde empezar?

Tratándose de organizaciones en activo, se propone una hoja de ruta propia de la metodología Lean:

1. Diagnóstico. Conocer la organización y su contexto en detalle, de manera que permita identificar las problemáticas y sus causas.

2. Propuestas de cambio. Identificar aquellas acciones que pueden orientar a la organización hacia la situación que se desea alcanzar.

3. Plan de cambio. Definir objetivos así como los resultados que nos indicarán su grado de consecución.

4. Seguimiento. Construir y mantener las herramientas de tracción para aplicar las correcciones oportunas y afrontar posibles nuevas problemáticas.

 

¿Cómo conseguir ese cambio?

Una de las dificultades principales en el ámbito social es su mirada exclusiva en la intervención, conllevando problemáticas para la definición de objetivos. En muchos casos, estas organizaciones cuentan con unos objetivos que, en realidad, son tareas como acompañar, empoderar, atender, crear… Sin objetivos bien definidos no será posible orientarse hacia resultados de impacto.

Los objetivos de tipo OKR nos facilitarán la identificación del escenario o situación que queremos alcanzar, y nos ayudarán a detallar qué camino debemos seguir para ello así como los indicadores que informan si nos estamos desviando de la ruta.