LOGO-PDC
El mapa de calor espacial como herramienta para la toma de decisiones.
Para facilitar la evaluación de las opciones, identificar alternativas y tomar decisiones informadas se pueden utilizar diferentes herramientas. Mediante estas, se recopila, organiza y presenta la información relevante de forma que facilita la toma de decisión.

¿Qué son la herramientas de toma de decisiones?

En toda organización se dan diferentes momentos en los que es necesario tomar decisiones estratégicas o bien integradas dentro de procesos que se están ejecutando. Para facilitar la evaluación de las opciones, identificar alternativas y tomar decisiones informadas se pueden utilizar diferentes herramientas. Mediante estas, se recopila, organiza y presenta la información relevante de forma que facilita la toma de decisión.

Entre las más comunes destacan el análisis FODA, el diagrama de Pareto o el diagrama de Ishikawa. En un reciente proyecto de Plan de Cambio fue el mapa de calor espacial la herramienta que facilitó esa toma de decisiones.

 

¿Qué es un mapa de calor espacial?

Estos mapas representan visualmente la distribución y variación de datos geográficos en un territorio acotado, destacando concentraciones, tendencias y patrones en los fenómenos sociales. La variedad en los colores, así como su intensidad, informa sobre la variable medida en cada ubicación. De este modo, los tonos más intensos indican valores o concentraciones mayores, mientras que los tonos más suaves representan áreas menos densas.

Su utilidad se extiende a numerosos ámbitos: convivencia y civismo, seguridad, contaminación, epidemias, control de población animal, clima, actividad económica…

 

Ejemplo de aplicación del mapa de calor

En el proyecto que hemos ejecutado, se detectó la necesidad de implementar diversas intervenciones sobre una problemática extendida en diferentes ubicaciones del territorio. Era primordial comprender la dinámica espacial de los conflictos antes de tomar decisiones.

El mapa fue creado a partir de fuentes secundarias, principalmente de Policía Local. En algunos casos puede ser necesario un trabajo de campo que implique la detección de los problemas en el terreno, o bien la recolección de datos a través de metodologías cuantitativas y/o cualitativas.

El mapa de calor elaborado facilitó, de inicio, que todos los actores a implicar tomaran conciencia de la situación (administración local y servicios públicos), dejando de lado informaciones subjetivas y especulaciones. Cruzando la información del mapa con aquella que ya cuentan los diferentes actores, se comprendió de forma más detallada la influencia de otras variables como pueden ser la distribución de servicios o la densidad poblacional, entre otros. Y la identificación de patrones y puntos críticos en los que se concentraban los conflictos, permitió diseñar las intervenciones de forma más eficaz y eficiente; centrando los recursos en las problemáticas que requerían de mayor prioridad.

La información que ha facilitado el mapa de calor puede ir más allá, y dar origen a programas sociales de mayor amplitud en colaboración con más actores del territorio (actores clave, entidades ciudadanas, servicio de mediación, agentes cívicos, etc.).